24.1.07

Edgar Allan Poe, fragmento de "El Cuervo", versión española (mucho peor)

De pronto noté el aire perfumado: un invisible incensario balanceado por ángeles cuyo tintineo quedaba en la alfombra amortiguado. “Miserable”, le increpé; “Dios por medio de estos querubineste envuelve en el descanso y el sopor que alivian el recuerdo de tu amor. Apura, apura este filtro que asegura el no acordarte más de tu locura.”

Y dijo el cuervo: “nunca más”.
“Que estas palabras sean tu despedida, pájaro demonio; —chillé furioso— aléjate de mi vida, ve a tu noche de plutonio y no dejes pluma atestiguando la mentira que tu alma invoca. Mi rebeldía se ha convertido en ira. Baja del busto de roca, no busques mi corazón y desaparece de mi habitación.”

Y dijo el cuervo: “nunca más”.

“No busques, cuervo, mi corazón, desaparece de mi habitación.”

Y dijo el cuervo: “nunca más".

Y el cuervo inmóvil, cerradas las alas ahí sigue parado, sobre el busto de Pallas. Guardián inmóvil de mi imagen muerta, escudriña mi ser desde la puerta. La luz proyecta su imagen en el suelo, donde yace mi alma sin consuelo. Donde ya siempre mi alma yacerá pues no podrá levantarse

nunca más.

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