20.11.08
Acto Segundo
17.11.08
11.11.08
#16
Sobre todo porque adonde veo los cuerpos van enlazados de a dos
Y me di cuenta que cuando hace frío te extraño mas.
10.11.08
Conversaciones con mi alma. Vol. 1
-Pienso en el fracaso de mi juventud... y en el de la tuya.
-¿En el de la mía? Se fracasa cuando se intenta algo sin éxito. Tú has fracasado porque has buscado el amor y la felicidad inútilmente. Pero ¿yo?..., yo en mi vida he buscado nada...
-... Por miedo a no encontrarlo.
-Quizá. A lo mejor. ¿Un cigarro?
-Sí, gracias. Sin embargo, esta noche, por primera vez, te he visto emocionado...
-Es cosa del estómago. Me ha ocurrido en otras ocasiones, pero comiendo se me quita. La materia y el espíritu están cerca... parece ser que un sabio austríaco ha descubierto que el romanticismo es una afección gástrica. Y ya sabes que el rubor obedece a un defecto de circulación. Yo ahora mismo debo de tener algo en el hígado... aparte de eso, coincido contigo en que la vida es una broma de mal gusto.
27.10.08
Marionetas, Vol. II
-¿Me torturas a propósito?
-Estoy enamorada...
-Yo no lo creo. ¿Y sabes por qué? ¡Porque yo sí lo estoy! ... Y este es el aspecto de alguien que está enamorado.
-Tú elegiste la variedad "no correspondida". Es mala para el cutis.
-Eres malvada.
-¿Tienes idea de lo que se siente teniendo a dos personas mirándote con lascivia y devoción total, a través de lo smismos ojos? Es estremecedor. No, no lo sabes, al fin y al cabo, no eres alguien que pueda entenderlo. Juegas con muñecas.
Marionetas
-No son muñecas, ¡son marionetas!
-Dime, ¿por qué te gustan tanto las marionetas?
-Verás... no estoy muy seguro. Tal vez sea por la idea de convertirme durante un rato en otra persona. De ponerme bajo otra piel. Pensar de otra forma, moverme de otra forma... Sentir de otra forma.
-Qué interesante... ¿te gustaría introducirte bajo mi piel? ¿pensar lo que yo pienso?
-Más que nada en el mundo...
-Se está bien aquí dentro. Mejor que en tus sueños más salvajes... De todos modos, no puedes interesarme. Juegas con muñecas.
21.10.08
Solace
-Sí, al menos esta vez. Creí que... quizá le gustaría salir un rato, a tomar algo.
-No pierde el tiempo, ¿verdad?
-Oiga, no se ofenda. Lo que ocurre, es que conozco pocas chicas decentes.
-¿Y espera que salga con usted? ¿Así por las buenas?
-Si no, no estaría aquí, de pie en el pasillo.
-Ni siquiera le conozco.
-Sí que me conoces. Soy igual que tú... mírate. Son las dos de la mañana y no sé dónde ir.
13.10.08
Para que yo me llame Ángel González García
--¡Pues en la oficina del paro no le han puesto pegas!--le he contestado en un arrebato de orgullo ahidalgado. A lo que ella (mi agente literario) me ha respondido certeramente con un guiño, más de burla que de complicidad. Es lo malo de los agentes invisibles: que como son inventados, siempre tienen razón.
--Mira Zapatero, por ejemplo --me ha contado después, con un tonillo de superioridad.
--¿Quién se acuerda del Rodríguez? De momento, sólo los periodistas extranjeros, hasta que se enteren de que pueden ahorrarse el trabajo de intentar pronunciar tanta erre, y dejarlo sólo en ZP. Y la lista sería interminable. Felipe se pudo permitir el González porque es mucho Felipe, pero de ésos sale uno por siglo, acaso dos, y el otro, para más inri, tiene hasta tu nombre de pila. Hay que ser un pedazo de poeta para llamarse Ángel González y además hacer de ello un buen poema. De García, ¿qué te voy a contar? Como no venga avalado por el genio y un Lorca (o un Márquez) bien plantados, resulta un nombre imposible para quien quiera llegar a medianamente reconocido. Fíjate en el granadino, y encuéntrame alguien que hable de él como Federico García. De Benito Pérez mejor será no hablar, porque no se iba a enterar nadie.
La evidencia era apabullante, pero mi agente invisible ha seguido dale que te pego con varios ejemplos más de que no se puede ir por la vida llamándose, como un servidor, Ángel Miguel González García, y pretender escribir cosas y que un día salgan libros de uno en los escaparates de la Gran Vía. Así que he desenchufado a mi agente literario, y me he decidido a solucionar el tema, antes de que la fama me caiga encima, sin haber tenido tiempo de montármelo en plan seudónimo pegadizo. He probado con varios, jugueteando con antiguos motes de barrio, apellidos altisonantes, distantes y espléndidos, o nombres de guerra de aquellos que, a fuer de simples, evocan de todo un poco.
Ninguno me ha satisfecho en lo más mínimo. El problema es que no consigo sentirme identificado con ninguno, y no me gusta imaginarme firmando libros en el FNAC con el nombre de un señor que, francamente, nunca me hará volver la cabeza, por mucho que quiera meterme en el personaje. He probado después con los segundos apellidos de mis señores padre y madre, pero el resultado ha sido muy parecido al original. Y es que no se puede ser tan del montón, que hasta remontándome a los abuelos no encuentro más que péreces, ramíreces, garcías y otros tan pedestres, que no hay manera de elevar el caché genealógico, aunque sea sólo el de tipo fonético. Y es que hay apellidos que, a pesar de plebeyos, tienen un nosequé, que suena bonito, como Aznar o Zapatero (y cito a los dos, intencionadamente, para que se vea que me refiero a la sonoridad del nombre, no a las connotaciones que pueda suscitar al ser oído).
Convencido de que, buscando en el acervo familiar (tan limitado, por otra parte), no hallaría apellidos pegadizos o distinguidos, he querido acudir a los posibles nombres que, de no haber decidido mis padres el de Ángel, podrían haberme adornado el DNI. ¿Quién no ha oído alguna vez las anécdotas e historias sobre “el nombre que quería ponerte papá”, o sobre la obsesión de la abuela “porque te pusiéramos el de su madre”? En mi caso, y como nací un 15 de mayo, parece ser que a punto estuve de llamarme Isidro, un nombre que de pequeño me aterrorizaba a toro pasado, pero que hoy en día me daría al menos un toque de originalidad castiza y labradora.
Descartada la enmienda parcial a la decisión bautista de mis queridos progenitores, sobre todo porque no me hallo dentro de un nombre tan de feria como Isidro, y tampoco de su etimológico Isidoro (mote del Felipe González de la clandestinidad), he pensado en una estrategia ideal. Así como no es lo mismo llamarse Leticia que Letizia, Bakero que Vaquero, Javier que Xabier, o Carmona que Karmona (éste último es mi favorito), tampoco será igual llamarse González que Quntsali, ni García que G’artzai. Y por semejante regla de tres, el Ángel lo pienso cambiar por Ahe (con la hache aspirada y nasalizada), y el Miguel de mis desdichas por un Malik morisco.
Me justificaré: González suena a guía de teléfonos, pero en algún momento un visigodo (quién sabe si hasta un suevo, alano o vándalo) se llamó con el etniquísimo nombre de Gündsalf, o algo semejante, de evocaciones no sólo exóticas sino casi wagnerianas. Yo, que no soy muy aficionado a lo valquirio ni me arrimo a lo teutónico, me quedo en cambio con una versión supuestamente mozárabe del González clásico, porque hace falta investigar un ratito para demostrarme que no se pronunciaría así el cotidiano apellido en el Toledo del siglo X. Ergo, Quntsali me quedo, hasta que un lingüista como Dios manda me ponga en mi sitio.
En lo que respecta al García sin Lorca con que adorno los espacios a rellenar donde dice “segundo apellido”, me puse a mirar un poco por aquí y por allá, para encontrarme con que lo más probable es que sea de origen euskalduna como la madre que me parió es extremeña. Dicen que puede que García tenga que ver con la raíz Artz- que es como decir “oso” en lengua protovasca, prerromana e ibérica de bellota, que es algo como muy étnico y que queda como que muy original. Porque reconocerán conmigo que es mucho más interesante la historia de López (que debe venir de Lupus “lobo” en latín) una vez que se conoce el origen animal y totémico de dicho apellido. Y es que, para firmar novelas, Antonio López Antón queda muy del montón, mientras que Lobo Antunes en la portada del libro da ganas de leerlo.
En cuanto al Ahe (con hache aspirada y medio nasalizada), viene a ser la representación ortográfica de cómo pronuncia el nombre Ángel la gran mayoría de mis paisanos, y de cómo lo dice uno en las pocas ocasiones en que se ve obligado a pronunciar el propio nombre. Y como ahora que no está el PP, los nacionalismos han dejado de ser el coco (el andaluz, de hecho, ha dejado de ser y punto), pues eso: Ahe. Lo del Malik es ganas de fastidiar al clero, y montármelo en plan revisonismo histórico. Y, si suena a tontería, respondo que Carmona está en la provincia de Sevilla, y que la ce (mayúscula) se la pusieron los romanos, o que vaca se escribe con uve, menos la del coche, pero de ésas ya casi no hay, porque si llevas mucho equipaje te compras un monovolumen.
Firmao:
Ahe Malik Quntsali G’artzai
Die Verwandlung
Ahí es nada, señores.
5.9.08
Cuentos Hindúes, vol. I
2.- Lees esto. Está pensado para que dure lo mismo la canción que el texto leído a un ritmo suave.
http://www.youtube.com/watch?v=Rwr1DlkfpUY
Una vez, el sabio Durvassa vino a la capital de Kuntibhoja.
Era famoso por todo el mundo por sus penitencias y meditaciones, y quería pasar unos días con el Rey.
La princesa Kunti había sido designada por su padre para atender las apetencias del sabio.
De hecho, el sabio estuvo tan contento con ella, que decidió darle un presente.
Durvassa la llamó a su presencia, y le dijo que le enseñaría cierto encantamiento. Si lo recitaba, cualqiuer Deva en el que Kunti pensara llegaría a ella.
Ella recibió el regalo con la humildad conveniente de la hija de un Rey, y Durvassa marchó al poco tiempo.
La joven, apenas una niña, no entendió lo que Durvassa había querido decir cuando le explicó que "el ser celestial al que ella invocara llegaría hasta ella". Era tan feliz como un niño con un nuevo juguete.
Era temprano, por la mañana.
Por la ventana del ala este edl palacio podía ver el amanecer. Oriente estaba empapado del color del oro líquido. Las aguas del río chocaban contra los muros de palacio.
Era una escena inolvidable, el sol y sus suaves rayos, rayos que tenían la frescura del amanecer, y el precioso río con su curso brillando con el rojo y el oro del sol naciente.
El paisaje tocó el corazón de la joven princesa. Se perdió en la belleza de aquella visión majestuosa.
Kunti pensó lo maravilloso que sería si el Sol pudiera estar ahí, a su lado.
En un momento recordó el mantra que el gran Durvassa le había enseñado. Cómo, si lo recitaba, el Sol vendría a ella.
Sí, eso era lo que dijo. Él llegaría hasta ella.
La pobre niña, en bendita ignorancia, juntó las palmas de sus manos, palmas que parecían yemas de loto, e invocó al Sol con el encantamiento que había aprendido.
Abrió los ojos, un milagro estaba ocurriendo.
A lo largo del acuoso curso del río, los rayos del sol viajaron rápido. Kunti fue cegada por un súbito resplandor.
Y entonces Surya, el dios del Sol, estaba a su lado. La miraba con una sonrisa divertida.
Kunti estaba extremadamente feliz con el éxito de su ensalmo.
Sonrió, una dulce sonrisa, una sonrisa feliz.
"¡El sabio Durvassa dijo que funcionaría! -dijo ella-. Estaba mirándoos, cómo subíais por el este. El paisaje era tan hermoso, y vos tan bello que quise que viniérais. Así que recité el conjuro que el Sabio me enseñó. Has venido, ¡qué maravilloso!"
El sol todavía sonreía. Dijo "Ahora que he venido, ¿qué quieres que haga?"
"Nada, desde luego -dijo Kunti-. Simplemente pensé en vos e imaginé lo asombroso que sería que estuviérais a mi lado, eso es todo".
"Eso No es todo -dijo el Deva-. Es evidente que no encontraste ningún significado en las palabras del Sabio cuando te enseñó el ensalmo. Te dijo que cualquier Dios al que invocaras llegaría hasta ti, ¿no es cierto?".
"Sí", dijo la princesa, sin comprender en absoluto sus palabras.
"¿No ves -dijo Surya-, que eso significa que el Dios deberá aceptarte y darte un hijo tan bello como el Deva a quien has invocado?".
La princesa estaba desconcertada. No sabía que hacer, o qué decir.
"¡No lo sabía! -dijo-, ¡no tenía ni idea de que las palabras significaran eso! Por favor, perdonadme esta niñería, ¡Id, y salvadme de esta deshonra!"
"Pero eso es imposible -dijo el Deva-, una vez que he sido invocado no puedo marchar hasta haberte tomado. Debes aceptarlo. No puedes escapar del poder del mantra que has usado irreflexivamente".
27.5.08
La Leyenda del Pianista en el Océano
El mundo estaba quieto, pero tú seguías balanceándote. Porque es posible salir de ese bar, pero sacártelo de dentro... La primera vez que entré, tendría dieciséis años. Y solamente había una cosa que me importara en la vida: la música. Así que cuando me enteré de la historia esa de que estaban buscando gente para el El Plaza Club, que estaba aquí mismo, me puse a la cola. Enero. "Ya tenemos músicos", dijo el tipo del bar. Lo sé, y me senté al piano y me puse a tocar.
Se quedó allí, mirándome fijamente, sin mover un músculo. Esperó a que acabara sin decir una palabra. Después me preguntó:
"¿Qué era eso?"
"No lo sé".
Se le iluminaron los ojos.
"Cuando no sabes lo que es, entonces es jazz".
Después hizo un gesto raro con la boca, quizás una sonrisa, tenía un diente de oro justo aquí mismo, tan en el centro que parecía que lo había puesto en el escaparate para venderlo.
"Van como locos por esa música ahí dentro".
Ahí adentro quería decir el bar. Y aquella especie de sonrisa, que estaba contratado.
20.5.08
Trainspotting
Aprendí paulatinamente a respetar esta memoria, a usarla con moderación. más de pequeño puedes ser indiscriminado con la memoria y las drogas, ya que uno tiene poca noción de su propia mortalidad. Por supuesto, eso no quiere decir necesariamente que uno vaya a sobrevivir a esa etapa. Pero cuando andas por tu cuenta, la cosa cambia. De pronto, sabes que en algún momento vas a morir, y en las resacas y bajones se percibe en qué medida la falta de sueño y las mal llamadas "drogas blandas" contribuyen a ese proceso; agotando los recursos espirituales, mentales y físicos, alimentando la apatía con la misma frecuencia con que alimentan la emoción. Se convirtió en un problema matemático al que uno jugaba con las variables:
1)unidades de droga consumidas
2)proporción amor-desamor
3)constitución
4)ganas de quedar hecho polvo
Alguna gente se desentiende directamente, unos pocos continúan sin parar hasta el fin del camino, resignándose a la noción de la vida como un gran intento de suicidio a plazos.
Yo decidí seguir con el mismo tipo de vida. Saliendo, desparramando, pero bajo control. Luego, tras una semana malísima, lo mandé todo al carajo, me piré a EEUU y me fabriqué una vida.
21.4.08
Porno, vol. II
Y ahora lo más difícil es escuchar, aunque también lo más importante. Es importante porque veo que ella tiene más necesidad que yo de fingir que todo esto tiene un barniz social y es, al menos en potencia, algo más que un polvo, algo más que lujuria animal. Pero, por mi parte, entran ganas de decir "cierra la puta boca y bájate las bragas, nunca más volveremos a vernos, y si nuestros caminos se cruzan disimularemos nuestro bochorno con estoicismo y fingida indiferencia, mientras yo pienso, aborrecido, en los ruidos que haces al follar y la cara de arrepentimiento que se te pone al día siguiente". Hay que ver cómo solamente sobresalen los puntos negativos, cómo es lo único que de algún modo perdura en el recuerdo.
Pero esto no puede seguir así, porque ya hemos llegado al final de la escalera y entramos por la puerta, mientras yo me disculpo por el "desorden" y lamento que lo único que puedo ofrecerle para beber es brandy. Mientras ella sigue dale que te pego, yo contesto, "sí, Raquel, estuve viviendo en EEUU", mientras sirvo las copas. Estoy encantado de encontrar un juego de auténticos vasos de brandy sin abrir.
"Uy, es tan bonito. Fui a Nueva York hace un par de años. Lo pasé de maravilla", me informa mientras curiosea entre las cajas de discos.
A oídos de un arrabalero ésa tendría que haber resultado una afirmación burda y odiosa, pero suena de lo más agradable mientras meneo juguetonamente el brandy de una de las copas.
Admiro su elegancia, su piel impecable, y esa sonrisa generosa que enseña los dientes cuando dice "... The Velvet Underground..., Barry White..., The Sonics..., tienes un excelente gusto musical..., ¡aquí hay una caja entera de soul y garage!"
Y no es sólo la agradable sensación de bienestar que proporciona el brandy, porque cuando ella recoge su copa de la mesita de café manchada noto cómo la cremallera imaginaria de mi vientre empieza a bajar y pienso: AHORA. Ahora es el momento de enamorarse. Sólo tienes que bajar esa puta cremallera y dejar que la entraña del amor os envuelva a ambos en un turbio embeleso, mientras ese toro salvaje y esta vaca loca suben a bordo del barco de amor. Mirarse estúpidamente a los ojos, decir chorradas, engordar. Pero no. Hago lo de siempre y utilizo el sexo como medio de socavar el amor abalanzándome sobre ella, disfrutando de su azoramiento-para-guardar-las-apariencias; y nos morreamos, nos desnudamos, nos toqueteamos, nos lamemos, nos incitamos, y follamos.
Nos dormimos y a la mañana siguiente, yo me levanto, dejándole una nota que la informa de que entro a trabajar temprano y que le daré un toque. Me acerco al café de enfrente y le doy sorbos a una taza de té, esperando a que baje ella. Se me humedecen un poco los ojos al pensar en su hermoso rostro. Fantaseo con la idea de volver a subir esas escaleras, quizá con unas flores, abrirle mi corazón, jurarle amor eterno, hacer de su vida algo especial, ser ese príncipe montado en un blanco corcel...
Es una fantasía tan masculina como femenina. Pero no es más que eso, una asqueante sensación de desamparo que se apodera de mí. Es fácil amar (u odiar, ya puestos) a alguien ausente, a alguien a quien no conocemos en realidad... y en eso yo soy un experto. Lo otro resulta más difícil.
7.4.08
Porno
He conocido a unas cuantas, pero mi rabo siempre se ha interpuesto entre ellas, yo y algo más profundo.
Empiezo a recordar, en un intento por recolonizar mi mente retorcida y calenturienta, a desplegarla y fragmentarla en unidades de perspectiva. Se me vino a la mente que de hecho había estado en casa. Volví deprimido a casa aquella mañana, tras haber consumido la última copa, y empecé a sudar ante mi delirante sueño alcohólico.
Un coche de policía pasa con la sirena ululando por mi calle en busca de un paisano lento al que lisiar mientras me estremezco y vuelvo a la realidad.
La insípida pero sórdida naturaleza de la fantasía que me rodea me produce cierto desasosiego, pero solamente sucede porque, según mi raciocinio, es el bajón quien hace que esas feas reflexiones (que tendrían que ser fugaces) perduren, atasquen las cañerías y obliguen a uno a lidiar con ellas. Me quita las ganas de levantarme, aunque pasará un tiempo antes de que pueda a volver permitírmelo, lo cual carece de relevancia cuando uno no ha dormido.
Los sábados de calabazas dan mucho de qué pensar.
19.3.08
¿qué ocurre cuando...?
Ocurre que los pobrecitos chavales resultan ser más conflictivos de lo que esperabas, hasta el punto de que el primer día te amenazan con coserte a navajazos. Esa es la parte fea.
La parte bonita, es que ocurre que cuando te esfuerzas por conseguir un juego soberbio, son las personitas más agradecidas del mundo.
Me gusta ser monitor. Me gustan los niños.
¿Y qué ocurre cuando te gusta algo que no da ningún dinero?
Nada, que eres feliz y punto, ¿no? Al menos, eso me decía mi madre.
¡¡QUIERO VOLVER CON MIS NIÑOS PROBLEMÁTICOS!! ='(
12.3.08
Untitled
Ya sabes que no tengo por costumbre hurgar en temas políticos o religiosos, y menos aún cuando escribo.
Sin embargo, no he podido evitar fijarme en esta maravilla, sacada de El Mundo Digital, el día 11 de marzo de 2008:
ROMA.- No realizarás manipulaciones genéticas. No llevarás a cabo experimentos sobre seres humanos, incluidos embriones. No contaminarás el medio ambiente. No provocarás injusticia social. No causarás pobreza. No te enriquecerás hasta límites obscenos a expensas del bien común. Y no consumirás drogas.
Estos son los nuevos pecados capitales, según publicaba este fin de semana el 'Osservatore Romano', periódico oficial de la Santa Sede. La lujuria, la gula, la avaricia, la pereza, la ira, la envidia y la soberbia, los tradicionales siete pecados capitales enumerados por el Papa Gregorio I hace 1.500 años y recogidos después por Dante Alighieri en 'La Divina Comedia', se habían quedado obsoletos para el mundo globalizado de hoy.
Así que el Vaticano ha decidido modernizar la lista exhibiendo una atención especial hacia los llamados pecados sociales, aquellos cuya comisión va en contra de la Justicia en las relaciones entre persona y persona, entre la persona y la comunidad, y entre la comunidad y la persona.
El resultado son siete nuevos pecados capitales, que condenan como ofensas a Dios acciones tales como no reciclar la basura, enriquecerse a costa de los demás o algunas investigaciones científicas con implicaciones bioéticas.
'Pecado es violar la relación del hombre con Dios'
"Pecado es violar la relación del hombre con Dios", sentencia el obispo Gianfranco Girotti, el franciscano de 70 años que acaba de enumerar los nuevos siete pecados capitales en calidad de responsable de la Penitenciaría Apostólica, el organismo de la Santa Sede que se ocupa de la confesión.
"No sólo se ofende a Dios robando, blasfemando o deseando a la mujer de tu prójimo", señala Girotti al 'Osservatore Romano' en una entrevista titulada 'Nuevas formas de pecado social'. "Hay varios campos dentro de los cuales observamos comportamientos pecaminosos en lo que respecta a los derechos individuales o sociales. Sobre todo en el área de la bioética, dentro de la cual no podemos dejar de denunciar algunas violaciones a los derechos fundamentales de la naturaleza humana a través de experimentos y manipulaciones genéticas cuyo resultado es difícil de prever y de mantener bajo control.
Otro área, propiamente social, es la de la droga, a través de la cual se debilita la psique y se oscurece la inteligencia, dejando a muchos jóvenes fuera del circuito eclesial. Otro campo es el de las desigualdades sociales y económicas, donde los pobres cada vez son más pobres y los ricos más ricos, alimentando una insostenible injusticia social.
Y también está el área de la ecología, que hoy tiene una relevancia especialmente interesante". Girotti subraya que si los siete pecados capitales originales tienen una dimensión fundamentalmente individualista, los nuevos pecados tienen, además, una fuerte repercusión social. "Los pecados de la actualidad tienen una resonancia social además de una individual", destaca. "Es más importante que nunca prestar atención a nuestros pecados", concluye.
2.3.08
Je hais le matin
-Bueno, digamos que la relación con mis padres es como una orquesta sinfónica...
"Sólo que sin instrumentos y con los músicos gritándose unos a otros.
1.3.08
Taschen
- Sí, ese chaval que siempre va con su tigre de peluche a todos lados...
- Sí. Son inseparables.
- ¿No crees que pasan demasiado tiempo juntos? Me refiero, ¿no debería estar jugando con niños reales?
- Bah, ya lo hará cuando esté preparado. ¿Nunca has tenido amigos imaginarios?
- Hay veces que pienso... que todos lo son.
2.1.08
pensamientos aleatorios, frases cortas.Vol. sth
Creo que está loco. Odio esperar las cosas. Me gustaría tenerlo todo en seguida.
De hecho, no se me ocurre nada que prefiera esperar a no tenerlo ya. ¿y tú?
- ¿Qué tal la muerte?
- No sé por qué me preocupo por discutir contigo. Siempre eres así de morboso.
Ah, feliz año.
Este... ¡Eh! ¡¡EH!!
¡Ostras! ¿Qué me ha pasado?... ¿Dónde estoy?...
Ah, esto es la Plaza Mayor de Madrid. Bien. Y son casi las once de la mañana de no sé muy bien qué día entre finales de Septiembre y principios de Octubre.
Guay... Ahora... ¿Qué hago aquí? Hoy es... Ah, sí. Gymkhana. No vengo de casa, desde luego. Me habría tomado la molestia de darme una ducha matutina.
Qué he hecho últimamente...? OH! Ayer!!Me acaba de asaltar una imagen durante un momento... estoy en un parque. ¿Con quién? ¿Dónde?No lo sé, nunca he estado aquí antes... es... es... un botellón, sí, claro. Con vodka y no sé qué derivados de la cerveza. Conozco a... Mery. Y a Kike... pero a nadie más. ¿Quién es esa rubia con la que hablaba...? ¿Nieves? Sí, no, no sé.
De repente, laguna.
Y estoy en el bar de los Ramones. Ahí Kike, Carlitos, Jimmy... Ber, una persona memorable. [I] DEBE [/I] ser memorable, si no ahora mismo no me acordaría de su cara, su voz... quizás el hecho de que me acercó a casa en coche sea un punto a su favor.Quizás no...
¿... Y esa cara bonita? Está hablando conmigo... y bastante más cerca de lo estrictamente necesario para oírnos. Buena señal... ¿Qué es esto que me acaba de poner en la mano? Dice: Tía María con Whisky. No puede ser bueno... Da igual, ya está entre mi pecho y mi espalda. Arde.Me dice algo al oído... de repente noto su lengua dentro de mi boca. No está mal.¿Dónde se ha ido? ¿Quién es este cardo, y por qué está ligando conmigo?"Sí, de repente Rakel ha salido huyendo espantada..." - explico.
Qué haces? Por qué me besas?? Fuera. "Oh". Ya está aquí Rakel... otra vez a empezar desde el principio. Tía María con Whiskas incluído.Besitos. A la calle.
Cabreos. No sé por qué, pero me da mala espina... Quizás una bofetada en la cara hubiera dolido menos que eso... Da igual, no pienso llamar... Mentira.
¿Qué? Aaaah... ya es de día. Y sin desayunar... "Por favor, dame un café y un pincho de tortilla". ¿Que cómo se llama? "Desayuno de los campeones", si sustituyes el café por un tercio... pero hoy no toca.
¿Qué hago en Sol, de repente? Bueno, mataré el tiempo hasta que empiece el juego en la plaza Mayor...
...
...
...
...
......
... Y de repente, flashazo que inmortalizó el momento del "Limbo Yonki", como lo llamaba Renton. Demasiado cansado para dormir, demasiado dolorido para mantenerme despierto... Punto intermedio entre borrachera y resaca.
Aún no ha llegado el bajón, pero por Dios que está en camino. manos frías, sudor congelado que baja por mi frente, mi cuello y mi pecho...
Y DE REPENTE EMPEZÓ LA GYMKHANA.