-¿En qué piensas?
-Pienso en el fracaso de mi juventud... y en el de la tuya.
-¿En el de la mía? Se fracasa cuando se intenta algo sin éxito. Tú has fracasado porque has buscado el amor y la felicidad inútilmente. Pero ¿yo?..., yo en mi vida he buscado nada...
-... Por miedo a no encontrarlo.
-Quizá. A lo mejor. ¿Un cigarro?
-Sí, gracias. Sin embargo, esta noche, por primera vez, te he visto emocionado...
-Es cosa del estómago. Me ha ocurrido en otras ocasiones, pero comiendo se me quita. La materia y el espíritu están cerca... parece ser que un sabio austríaco ha descubierto que el romanticismo es una afección gástrica. Y ya sabes que el rubor obedece a un defecto de circulación. Yo ahora mismo debo de tener algo en el hígado... aparte de eso, coincido contigo en que la vida es una broma de mal gusto.
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