22.4.07

Esta vida es una mierda, y yo soy un pobre infeliz. Vol. 17

Ya tardaba mucho en actualizar esto...

Ha caído el sol y no va a volver a salir. Y es que, cuando se lleva algo muy dentro, es difícil sacarlo. No me puedes pedir que piense lo mismo que tú, ni que haga lo que me pides.
Lo siento, sabes que lo siento muchísimo. Pero sabes tan bien como yo que lo imposible es precisamente eso: imposible.

Aun así, en el fondo, supe desde el principio que, después de nada o después de todo, todo no era más que nada... Sé que duele, pero no me lo podía quitar de la cabeza. Y miraba al techo por las noches. Y leía a Beckett y a Salustio. Y a Salinger, y me sentía (siento) identificado contigo.

No eres una mala persona. Probablemente seas la mejor persona que he conocido, y no quiero que cambies. Ni que dejes todo eso solamente para verme cada día. Quiero lo mejor para ambos, aunque duela. Miento: quiero lo mejor para ti, aunque duela.

Ya te sabes el resto... frases entrecortadas, besos, y "no, tú más" repetido hasta la saciedad. Y es que me gusta así. Tal y como empezó. Con las horas interminables y cortísimas. Con las cinco horas que se convertían en cino minutos.

Con las risas, con las manos entrelazadas en el teatro, con las proposiciones indecentes, con las declaraciones, con el teléfono de madrugada. Con las rodillas hincadas en el suelo helado y la gente asomándose por la esquina. Con el camarero diciendo que van a cerrar, con los susurros en la oreja y con... bueno, con eso también.

Pero me gusta más contigo feliz. No mires hacia atrás nunca. Gracias por todo.

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