25.1.09

Los siete pecados capitales

me imagino como carne dentro de carne y no puedo evitar tocarte, y suspirarte... aspirarte cada poro (¡puro oro!), y derramarte, y derramarme...
Por ser ese tipo de ser que levanta ampollas, ser de rostro impenetrable, pero de cuerpo, no diría yo tanto...
Diseccionar la inexperiencia, que todo el monte no es de venus... astronomía líquida y paciencia en la saliva.
Por todo eso ven a mis brazos, a mis manos, a la punta de mis dedos a la punta de mi lengua...
Cuánto tiempo sin tenerte, sin tocarte, ni abrazarte... cuánto tiempo sin lamerte, sin olerte, ni decirte que atarme, atarte y susurrarte es un arte...

... Y ahora solo pienso en carne dentro de carne.

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