"Las Tías". A veces llegan a ponerse un pelín negativas. Maldigo mi falta de conocimientos sobre ellas.
He conocido a unas cuantas, pero mi rabo siempre se ha interpuesto entre ellas, yo y algo más profundo.
Empiezo a recordar, en un intento por recolonizar mi mente retorcida y calenturienta, a desplegarla y fragmentarla en unidades de perspectiva. Se me vino a la mente que de hecho había estado en casa. Volví deprimido a casa aquella mañana, tras haber consumido la última copa, y empecé a sudar ante mi delirante sueño alcohólico.
Un coche de policía pasa con la sirena ululando por mi calle en busca de un paisano lento al que lisiar mientras me estremezco y vuelvo a la realidad.
La insípida pero sórdida naturaleza de la fantasía que me rodea me produce cierto desasosiego, pero solamente sucede porque, según mi raciocinio, es el bajón quien hace que esas feas reflexiones (que tendrían que ser fugaces) perduren, atasquen las cañerías y obliguen a uno a lidiar con ellas. Me quita las ganas de levantarme, aunque pasará un tiempo antes de que pueda a volver permitírmelo, lo cual carece de relevancia cuando uno no ha dormido.
Los sábados de calabazas dan mucho de qué pensar.
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2 comentarios:
te han dao calabazas?
bienvenido al club jajaja
Yo me uno también! Somos un club de selectos privilegiados... :b
Warmekissen huele rico otra vez!
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